La serie gira en torno a la forma antropomórfica del cuervo. Símbolo tangible de la soledad. Su
imagen, en Japón, se identifica con la oscuridad. Fukase se hizo famoso como
fotógrafo, después de la Segunda Guerra Mundial y por esta razón la serie, se interpretó
como una metáfora sobre la derrota de su país. Intrínsecamente abstracta, ambigua y abierta
a múltiples interpretaciones.
Las fotografías son principalmente una queja personal que refleja
el estado de ánimo desesperado del fotógrafo. A
menudo considerada como la obra más importante del Japón de posguerra, a través de su imaginería inquietante,
continúa inspirando a los artistas y escritores de hoy.
Fotos:
Masahisa Fukase
Texto:
El ojo de la
fotografía
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